No
hay que dañar a otros para evitar que después
nos acusen?
¿El rey Shaul mató a una ciudad de sacerdotes
porque habían ayudado a su rival y después
estos cuando llegaron al Cielo no lo defendieron? Por eso
Shaul no pudo salvarse cuando infringió la Ley.
¿Y cuándo Shaúl infringió la
Ley? Cuando los filisteos lo atacaban y no obtenía
respuesta visible de El Eterno, en ese momento consultó
a los muertos y esa fue una de las causas de su muerte.
(Midrash Tanuma, Kedoshim)
Esta
es la cita donde se narra lo relativo al pleito de Shaul
con David, la matanza de los sacerdotes y cómo consulta
a los muertos.
Fuentes
II
Samuel Capítulo 21 y 22
David llegó a Nob, al sacerdote Ajimelej; y Ajimelej
se sorprendió de su encuentro, y le dijo ¿Cómo
vienes tú solo, y nadie contigo?
Y respondió David al sacerdote Ajimelej El rey me
encomendó un asunto, y me dijo Nadie sepa cosa alguna
del asunto a que te envío, y lo que te he encomendado;
y yo les señalé a los criados un cierto lugar.
Ahora, pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco
panes, o lo que tengas.
El sacerdote respondió a David y dijo No tengo pan
común a la mano, solamente tengo pan sagrado; pero
lo daré si los criados se han guardado a lo menos
de mujeres.
Y David respondió al sacerdote, y le dijo En verdad
las mujeres han estado lejos de nosotros ayer y anteayer;
cuando yo salí, ya los vasos de los jóvenes
estaban santos, aunque el viaje no es santo; ¿cuánto
más no estarán santos hoy sus vasos?
Así el sacerdote le dio el pan sagrado, porque allí
no había otro pan sino los panes de la proposición,
los cuales habían sido quitados de la presencia de
El Eterno, para poner panes calientes el día que
aquellos fueron quitados.
Y estaba allí aquel día demorado delante de
El Eterno uno de los siervos de Shaul, cuyo nombre era Doeg,
edomita, el principal de los pastores de Shaul.
Y David dijo a Ajimelej ¿No tienes aquí una
lanza o espada? Porque no tomé en mi mano mi espada
ni mis armas, por cuanto la orden del rey era apremiante.
Y el sacerdote respondió La espada de Goliat el filisteo,
al que tú venciste en el valle de Ela, está
aquí envuelta en un velo detrás del efod;
si quieres tomarla, tómala; porque aquí no
hay otra sino esa. Y dijo David No hay como ella; dámela.
David se incorporó aquel día, huyó
de la presencia de Shaul, y se fue a Ajish rey de Gat.
Y los siervos de Ajish le dijeron ¿No es éste
David, el rey de la tierra? ¿no es éste de
quien cantaban en las danzas, diciendo
Hirió Shaul a sus miles,
Y David a sus diez miles?
Y David consideró estas palabras, y tuvo gran temor
de Ajish rey de Gat.
Y cambió su manera de comportarse delante de ellos,
y se fingió demente entre ellos, y escribía
en las portadas de las puertas, y dejaba correr la saliva
por su barba.
Y dijo Ajish a sus siervos He aquí, veis que este
hombre es demente; ¿por qué lo habéis
traído a mí?
¿Acaso me faltan perturbados, para que hayáis
traído a éste que se comporte como perturbado
delante de mí? ¿Había de entrar éste
en mi casa?
David salió de allí, huyó a la cueva
de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre
lo supieron, vinieron allí a él.
Y se juntaron con él todos los afligidos, y todos
los que se hallaban en estado de amargura, y se convirtió
en jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.
Y se fue David de allí a Mizpa de Moab, y dijo al
rey de Moab Yo te ruego que mi padre y mi madre estén
con vosotros, hasta que sepa lo que Dios hará de
mí.
Los trajo, pues, a la presencia del rey de Moab, y habitaron
con él todo el tiempo que David estuvo en la fortaleza.
Pero el profeta Gad dijo a David No te quedes en esta fortaleza;
anda y vete a tierra de Iehudá. Y David se fue, y
llegó al bosque de Jaret.
Shaul escuchó que se sabía de David y de los
que estaban con él. Y Shaul estaba sentado en Guivá,
debajo de un tamarisco sobre un alto; y tenía su
lanza en su mano, y todos sus siervos estaban alrededor
de él.
Y dijo Shaul a sus siervos que estaban alrededor de él
Oíd ahora, hijos de Biniamín ¿Os dará
también a todos vosotros el hijo de Ishai tierras
y viñas, y os hará a todos vosotros jefes
de millares y jefes de centenas,
para que todos vosotros hayáis conspirado contra
mí, y no haya quien me descubra al oído cómo
mi hijo ha hecho alianza con el hijo de Ishai, ni alguno
de vosotros que se duela de mí y me descubra cómo
mi hijo ha levantado a mi siervo contra mí para que
me aceche, tal como lo hace hoy?
Entonces Doeg edomita, que era el principal de los siervos
de Shaul, respondió y dijo Yo vi al hijo de Ishai
que vino a Nob, a Ajimelej hijo de Ajitob,
el cual consultó por él a El Eterno y le dio
provisiones, y también le dio la espada de Goliat
el filisteo.
Y el rey envió por el sacerdote Ajimelej hijo de
Ajitob, y por toda la casa de su padre, los sacerdotes que
estaban en Nob; y todos vinieron al rey.
Y Shaul le dijo Oye ahora, hijo de Ajitob. Y él dijo
Heme aquí, señor mío.
Y le dijo Shaul ¿Por qué habéis conspirado
contra mí, tú y el hijo de Ishai, cuando le
diste pan y espada, y consultaste por él a Dios,
para que se levantase contra mí y me acechase, como
lo hace hoy día?
Entonces Ajimelej respondió al rey, y dijo ¿Y
quién entre todos tus siervos es tan fiel como David,
yerno también del rey, que sirve a tus órdenes
y es ilustre en tu casa?
¿He comenzado yo desde hoy a consultar por él
a Dios? No culpe el rey de cosa alguna a su siervo, ni a
toda la casa de mi padre; porque tu siervo ninguna cosa
sabe de este asunto, grande ni pequeña.
Y el rey dijo Sin duda morirás, Ajimelej, tú
y toda la casa de tu padre.
Entonces dijo el rey a la gente de su guardia que estaba
alrededor de él Volveos y matad a los sacerdotes
de El Eterno; porque también la mano de ellos está
con David, pues sabiendo ellos que huía, no me lo
descubrieron. Pero los siervos del rey no quisieron extender
sus manos para matar a los sacerdotes de El Eterno.
Entonces dijo el rey a Doeg Vuelve tú, y arremete
contra los sacerdotes. Y se volvió Doeg el edomita
y acometió a los sacerdotes, y mató en aquel
día a ochenta y cinco varones que vestían
efod de lino.
Y a Nob, ciudad de los sacerdotes, hirió a filo de
espada; así a hombres como a mujeres, niños
hasta los de pecho, bueyes, asnos y ovejas, todo lo hirió
a filo de espada.
Pero uno de los hijos de Ajimelej hijo de Ajitob, que se
llamaba Ebiatar, escapó, y huyó tras David.
Y Ebiatar dio aviso a David de cómo Shaul había
dado muerte a los sacerdotes de El Eterno.
Y dijo David a Ebiatar Yo sabía que estando allí
aquel día Doeg el edomita, él lo había
de hacer saber a Shaul. Yo he ocasionado la muerte a todas
las personas de la casa de tu padre.
Quédate conmigo, no temas; quien buscare mi vida,
buscará también la tuya; pues conmigo estarás
a salvo.
Capítulo
XXVIII
Aconteció en aquellos días, que los filisteos
reunieron sus fuerzas para pelear contra Israel. Y dijo
Ajish a David Has de saber que saldrás conmigo a
campaña, tú y tus hombres.
Y David le respondió a Ajish Muy bien, tú
sabrás lo que hará tu siervo. Y Ajish dijo
a David Por tanto, yo te constituiré guarda de mi
persona durante toda mi vida.
Ya Shmuel había muerto, y todo Israel lo había
lamentado, y lo habían sepultado en Ramá,
su ciudad. Y Shaul había arrojado de la tierra a
los nigromante y adivinos.
Se juntaron, pues, los filisteos, y vinieron y acamparon
en Shunem; y Shaul juntó a todo Israel, y acamparon
en Guilboa.
Y cuando vio Shaul el campamento de los filisteos, tuvo
miedo, y se turbó su corazón en gran manera.
Y consultó Shaul a El Eterno; pero El Eterno no le
respondió ni por sueños, ni por Urim y Tumim,
ni por profetas.
Entonces Shaul dijo a sus criados Buscadme una mujer que
tenga espíritu de adivinación -ov-, para que
yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados
le respondieron He aquí hay una mujer en Ein Dor
que tiene espíritu de adivinación.
Y se disfrazó Shaul, y se puso otros vestidos, y
se fue con dos hombres, y vinieron a aquella mujer de noche;
y él dijo Yo te ruego que consultes por medio de
Ov, y me hagas subir a quien yo te dijere.
Y la mujer le dijo He aquí tú sabes lo que
Shaul ha hecho, cómo ha cortado de la tierra a los
evocadores y a los consultores de Ov. ¿Por qué,
pues, pones tropiezo a mi vida, para hacerme morir?
Entonces Shaul le juró por El Eterno, diciendo Vive
El Eterno, que ningún mal te vendrá por esto.
La mujer entonces dijo ¿A quién te haré
venir? Y él respondió Hazme venir a Shmuel.
Y viendo la mujer a Shmuel, clamó en alta voz, y
habló aquella mujer a Shaul, diciendo
¿Por qué me has engañado? pues tú
eres Shaul. Y el rey le dijo No temas. ¿Qué
has visto? Y la mujer respondió a Shaul He visto
hombres santos –e-lohim- que suben de la tierra.
El le dijo ¿Cuál es su forma? Y ella respondió
Un hombre anciano viene, cubierto de un manto. Shaul entonces
entendió que era Shmuel, y dejando caer el rostro
a tierra, hizo gran reverencia.
Y Shmuel dijo a Shaul ¿Por qué me has irritado
haciéndome venir? Y Shaul respondió Estoy
muy angustiado, pues los filisteos pelean contra mí,
y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más,
ni por medio de profetas ni por sueños; por esto
te he llamado, para que me declares lo que tengo que hacer.
Entonces Shmuel dijo ¿Y para qué me preguntas
a mí, si El Eterno se ha apartado de ti y es tu enemigo?
El Eterno te ha hecho como ha dicho a través de mí;
pues El Eterno ha quitado el reino de tu mano, y lo ha dado
a tu compañero, David.
Como tú no obedeciste a la voz de El Eterno, ni cumpliste
el ardor de su ira contra Amalec, por eso El Eterno te ha
hecho esto hoy.
Y El Eterno entregará a Israel también contigo
en manos de los filisteos; y mañana estaréis
conmigo, tú y tus hijos; y El Eterno entregará
también al ejército de Israel en mano de los
filisteos.
Entonces Shaul cayó en tierra cuan grande era, y
tuvo gran temor por las palabras de Shmuel; y estaba sin
fuerzas, porque en todo aquel día y aquella noche
no había comido pan.
Entonces la mujer vino a Shaul, y viéndolo turbado
en gran manera, le dijo He aquí que tu sierva ha
obedecido a tu voz, y he arriesgado mi vida, y he oído
las palabras que tú me has dicho.
Te ruego, pues, que tú también oigas la voz
de tu sierva; pondré yo delante de ti un bocado de
pan para que comas, a fin de que cobres fuerzas, y sigas
tu camino.
Y él rehusó diciendo No comeré. Pero
fueron obstinados con él sus siervos juntamente con
la mujer, y él les obedeció. Se levantó,
pues, del suelo, y se sentó sobre una cama.
Y aquella mujer tenía en su casa un ternero engordado,
el cual degolló ritualmente luego; y tomó
harina y la amasó, y coció de ella panes sin
levadura.
Y lo trajo delante de Shaul y de sus siervos; y después
de haber comido, se levantaron, y se fueron aquella noche.
Capítulo
Muerte
de Shaul y de sus hijos
Los filisteos pelearon contra Israel, y los Hijos de Israel
huyeron delante de los filisteos, y cayeron muertos en el
monte de Gilboa.
Y los filisteos persiguieron a Shaul y a sus hijos, mataron
a Jonatán, a Abinadab y a Malkishúa, hijos
de Shaul.
Y la batalla se tornó muy dura contra Shaul, y le
alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos. Entonces
dijo Shaul a su escudero Saca tu espada, y traspásame
con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen,
y me deshonren. Mas su escudero no quería, porque
tenía gran temor. Entonces tomó Shaul su propia
espada y se echó sobre ella.
Y al ver su escudero a Shaul muerto, él también
se echó sobre su espada, y murió con él.
Así murió Shaul en aquel día, juntamente
con sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones.