Introducción
general al estudio de la Cábala EL CONCEPTO
DE 2EL RESHIMO –IMPRESIÓN– Y EL KAV –EL
RAYO DE LUZ.
Definición del reshimo
Tras haber hablado del tzimtzum, la contracción,
analizaremos ahora qué es lo que permaneció
en el lugar en donde «se alejó» la luz
del Ein sof. ¿Acaso una vez que la Luz Infinita se
contrajo quedó en su lugar simplemente un espacio
vacío y hueco?
El tzimtzum permitió que la luz y el esplendor del
Creador sean percibidos, ya que anteriormente no podían
ser vistos. Esa luz que pudo verse antes de las sefirot
y de la formación de los mundos es conocida como
reshimo, palabra derivada del vocablo hebreo roshem, que
significa impresión. O sea, se refiere a la impresión
que quedó de la Luz antes de ser contraída.
El reshimo señala el lugar en donde exis-te toda
la realidad, porque él otorga existencia a todo,
cosa que no podía brindarle lo ilimitado.
Una exégesis a estos conceptos puede hallarse en
el libro del Génesis (28:10), donde Rashi escribe
al respecto: «Nos enseña que la partida de
un hombre justo de una ciudad deja una impresión».
La explicación es que a pesar de que el justo abandone
la ciudad, una impresión queda de él; en otros
términos, la Santidad que irradió durante
el tiempo que estuvo allí, está aún
presente. En todo lugar donde reinó la Santidad ,
no es posible borrarla, y aunque la fuente de la misma haya
partido, su impresión siempre permanece.
Luego del tzimtzum, después que el Creador quitó
Su luz ilimita-da, quedó en el lugar una Santidad
que, comparada con la que la precedió, es como la
oscuridad frente a la luz, como la sombra del hombre ante
él mismo. En relación con nosotros, esta luz
es la fuen-te y raíz de toda la realidad, sitio de
todos los mundos.
Esto señala que antes del tzimtzum la luz del Ein
sof era completa, y que era imposible discriminar entre
luz y luminosidad porque se anulaban ante la luz del Ein
sof, tal como la luz de una vela se anula frente a la luz
del Sol.
El Eterno creó en un primer momento como un espacio
vacío. A pesar de haber podido crear la realidad
de las sefirot sin necesidad de hacerlo por etapas, Él
quiso crear los mundos de acuerdo a la naturaleza de los
seres creados, o sea, paso a paso. Entonces, antes de emanar
a las sefirot creó el reshimo, que es la raíz
de la realidad futura.
Ahora comprendemos cómo esta progresión gradual
fue estable-cida desde el principio. El Creador quiso continuar
el orden «conca-tenado» (en que una cosa se
liga y desprende de la otra) en el cual Su luz y el esplendor
de Su Santidad aparecen en el mismo nivel.
En el reshimo se encuentra enraizado el futuro de la realidad
en su totalidad.
La expansión del kav
–rayo de luz– en el reshimo
Como ya aclaramos, El Eterno quiso crear a los mundos en
forma gra-dual y por eso, en la etapa posterior al tzimtzum
y a la creación del espacio vacío, introdujo
una luz especial que llenó ese espacio. Esa luz se
conoce con el nombre de kav.
Este kav decretó un orden en el reshimo, organizó
a las fuerzas que estaban comprendidas en él, surgiendo
entonces las sefirot lineares y las sefirot circulares.
Por consiguiente, aprendemos que las sefirot son quienes
llenan ese espacio.
El Poder Directivo de justicia –hanhagat hamishpat–
y el Poder Directivo de unidad –hanhagat aijud
Para continuar debidamente con el tema del kav, resulta
de suma importancia recordar que el propósito de
los seres creados es servir a Dios a fin de manifestar Su
Unidad y corregir el mundo bajo el reina-do divino. El Eterno
creó un mundo incompleto, con criaturas imper-fectas,
dotadas de libre albedrío. Dios, por su parte, gobierna
al mundo bajo el principio de la justicia, tratando al justo
y al malvado de acuerdo a sus actos. Esta directiva se denomina
hanhagat hamish-pat (el Poder Directivo de la justicia).
De acuerdo a esto, la verdadera justicia Divina se expresa
cuando se adjudica a cada hombre su justo castigo o recompensa.
Mas si ésta fuera la única fuerza directiva,
tal situación podría extenderse ilimitadamente,
generación tras genera-ción, y de ese modo
nunca se llegaría a cumplir el propósito de
la Creación. Sin embargo, la unidad del Creador implica
la corrección del mundo bajo Su reinado, que es la
conversión del mal en bien. Por lo tanto, El Creador
estableció un Poder Directivo adicional que orienta
al Poder Directivo de la justicia para lograr el propósito
de la Creación. Este Poder Directivo es denominado
el Poder Directivo de la unidad, y su propósito es
transformar todo el mal en bien.
El Poder Directivo de la justicia es el Poder Directivo
revelado y visible, y concuerda con la lógica humana.
El Poder Directivo de la unidad está oculto, y sólo
será revelado cuando se manifieste la uni-dad del
Creador, en un futuro. En otras palabras, al cabo de seis
mil años, se revelará que todo lo que sucedió
fue dirigido con el fin de corregir el mal. En el transcurso
de esos seis mil años habrá situacio-nes difíciles
que provocarán que los más irreflexivos se
conviertan en herejes, hasta el punto de afirmar que El
Creador, desde el momento en que otorgó al hombre
su libre albedrío, no controla más el mundo.
Aquí se comprende la necesidad de creer en una absoluta
unidad, la fe en que todo lo que sucede con nosotros proviene
únicamente del Creador.
El reshimo –el Poder Directivo de justicia; el kav
–el Poder Directivo de unidad
El reshimo incluye todos los asuntos del Poder Directivo
del bien y del mal. Estamos aún en el nivel en que
las sefirot no se han emanado, y por eso no es posible adscribirle
cualidades al Creador ni discutir los detalles de este Poder
Directivo, ya que éste tiene su raíz en las
sefi-rot. En el próximo nivel entra el kav en el
reshimo proyectando al Ein sof y estableciendo los órdenes
determinados para el Poder Directivo. Antes de que el kav
entrara en el reshimo estaba todo generalizado y, con su
introducción, lo general se particularizó
en detalles. Los órde-nes que el kav hizo en el reshimo
son las sefirot, que son a su vez las cualidades del Creador
y también los instrumentos de Su Poder Directivo.
No estamos diciendo que el kav introdujo un nuevo orden,
sino que éste ya existía en el reshimo, pero
en forma generalizada. El kav despertó el orden,
es decir, a las sefirot.
Retornemos a nuestro tema. El Poder Directivo de la justicia
se encuentra enraizado en el reshimo, en conjunto con las
raíces del bien y del mal. La introducción
del kav en el reshimo es paralela a lo que dijimos antes,
que el Poder de la Unidad es el que dirige al Poder de la
Justicia y lo guía en pos de su verdadero objetivo.
En tér-minos simples: el Poder Directivo del reshimo
es el Poder Directivo de la justicia, y el Poder Directivo
del kav es el Poder Directivo de la unidad.
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