La celebración
de un casamiento es un evento que despierta mucha alegría,
pues el mismo estipulará la unión de dos personas, un varón
con una mujer, los cuales dejarán de vivir como dos individuos
separados para pasar a conformar un matrimonio.
Acerca del casamiento, está escrito en el libro "Zohar ",
(Kedoshim 81: 1): Cuando un hombre contrae enlace con una
mujer, y se unen, en ese momento ya no son más dos personas,
sino que se transforman en una, tanto en el aspecto físico
o corporal, como en el espiritual, que es el alma.
Respecto al alma decimos que ya no son dos, sino uno, por
causa de haber generado una unión total surgida a través
de una voluntad plena. Y concerniente al cuerpo, decimos
que son uno y no dos, debido que: "un hombre que no contrajo
enlace aún, se asemeja a un cuerpo que ha sido partido en
dos, pues su mujer representa la mitad de su cuerpo".
Cuando el hombre y la mujer se unen, se convierten en un
solo cuerpo íntegro, resultando de esta unión un hombre,
y no medio hombre. Entonces, a partir de ese momento, el
Todopoderoso se manifiesta sobre este hombre (nos referimos
al varón y su esposa que se convirtieron en uno), y deposita
su "Ruaj Hakodesh" (Espíritu de Santidad) en esa unidad,
es decir, en el hijo que les nacerá.
Este es el sentido de lo declarado por el versículo: (Bereshit
2: 24): "El hombre dejará a su padre y madre, se apegará
a su mujer y serán una sola carne".
El famoso exágeta Rashi explica estas palabras mencionadas
por el versículo de este modo, "serán una sola carne", a
través del hijo que les nacerá, el cual estará conformado
de la carne de ambos que se ha unificado en él.
La pureza del matrimonio
La extraordinaria importancia que alcanza esta unión matrimonial
perpetrada por un hombre y una mujer que decidieron unirse
para vivir en pareja es inmensa, por tal razón, es necesario
que el matrimonio sea constituido con total pureza.
Además, es imprescindible saber, que para alcanzar el apegamiento
íntegro con el Todopoderoso a través del pensamiento, es
necesario contraer enlace con una mujer en primer lugar,
y a través de esto se purificarán los pensamientos, pues
sin la mujer, no es posible alcanzar ninguna completitud,
por causa que al varón le falta una parte, y es considerado
"baal mum" (incompleto).
El individuo, recién cuando se une en matrimonio llega a
alcanzar el nivel de persona completa, como versa: (Bereshit
5: 2): "Macho y hembra los Creó, y llamó a ellos: hombre".
("Los Creó" está en plural, al igual que "llamó a ellos",
o sea que mientras están separados son dos individualidades,
pero tras la unión, el conjunto es llamado "hombre", en
singular). Es decir, cuando el varón y la mujer están unidos,
se convierten en "un hombre".
Por tal razón, merced al tremendo grado de pureza que se
alcanza al contraer enlace, a través de ello, estaremos
generando un sitio apto para que Di-s habite en nosotros.
Asimismo, será necesario cuidar esto en el futuro, no permitiendo
a ninguna impureza ingresar a la santa morada que hemos
logrado generar para que la santidad permanezca intacta.
Esto último que hemos dicho, puede apreciarse en el versículo
(Ëxodo 25: 8): "Hagan para Mí un Santuario, y habitaré dentro
de ellos". Apreciamos que no fue dicho "dentro de él", sino
"dentro de ellos". Es decir, este versículo revela que,
“dentro de cada ‘iehudí’ (judío) que construya en su cuerpo
un Santuario para Mí, allí habitaré”.
Una reflexión
Hemos hablado hasta aquí acerca de la constitución del matrimonio,
a continuación nos referiremos a la manera de cuidarlo para
que esta unión que se cristalizó en el momento de la boda,
persista en esta pareja por muchos años sin sufrir desgaste
ni deterioro.
Para lograr esta armonía matrimonial anunciada, debemos
observar que es lo que sucede en una casa, es decir, cuál
es la manera de conservarla siempre limpia y ordenada, para
poder habitar en ella placenteramente.
A una casa, para mantenerla en óptimas condiciones, hace
falta preservarla limpia, arreglar lo que se va deteriorando,
y ordenar constantemente aquello que ha sido desacomodado,
de esta manera será posible habitar en ella confortablemente,
similar, acontece con el matrimonio, o sea, este Santuario
espiritual que hemos logrado, el cual se mantendrá íntegro
a través de la realización de los preceptos de Di-s, los
cuales limpiarán y acomodarán el interior. Decimos esto
porque cada precepto efectuado, se convierte en un ente
espiritual, que adopta el nombre de Di-s y pasa a habitar
dentro de nosotros. Lo que lograremos de esta manera es,
que nuestros cuerpos se conviertan en "Mikdashim" (Santuarios)
aptos para que el Creador se haga presente, y more en nuestro
interior.
Las implicancias de actuar de este
modo
Procediendo como se indicó, este pequeño Santuario logrado
por cada hombre en particular (es decir por cada matrimonio
compuesto por el hombre y la mujer que se han unido y han
conformado “un hombre”), se unirá a los demás Santuarios
conformados por los demás individuos que formaron matrimonios,
y actuarán en conjunto para atraer el tercer y definitivo
Templo Sagrado que será construido en Jerusalem en el mismo
sitio donde fueron construidos los dos Templos anteriores,
(de los cuales ha quedado en pie solo el “Muro de los Lamentos”).
Este proceso que se originará merced a la acción conjunta
de los pequeños Santuarios que atraerán al Gran Santuario
(el Templo Sagrado) es similar a la manera en que "min motzé
et minó" (una especie encuentra a su similar). Cuando esto
suceda podremos habitar todos felices y unidos sobre la
faz de la tierra.
Acerca de lo mencionado sobre una especie que encuentra
a la otra, es algo que ocurre por ejemplo, con una pizca
de sal que es arrojada a la cacerola, la cual no tiene fuerza
suficiente para dar gusto a la comida, pero si colocamos
otra vez la misma cantidad, el preparado quedará exquisito
y a punto.
El efecto citado se debió a que la última pizca arrojada,
localizó a la primera, atrayéndola, para unírsele, y en
conjunto lograron condimentar la comida.
Por eso es menester cuidar muy bien cada uno de los momentos
de convivencia matrimonial, no permitiendo el ingreso al
mal instinto, que insta a la persona a reñir y reclamar
por cosas innecesarias e inverosímiles. Es imprescindible
actuar con aplomo y cordura, meditando muy bien lo que se
va a decir, antes de emitir palabra alguna que pueda perjudicar
a la otra parte de la pareja, y haga sucumbir el Santuario
que con tanto ahínco y esmero han logrado.
Es necesario tener presente a cada instante, que términos
que expresan agresión u ofensa, aunque sea en un grado mínimo,
afectan la convivencia, y son acumulativos. Es decir también
aquí se aplica el concepto de “una especie encuentra a la
otra”, aunque esta vez actúa al revés que en el caso antes
mencionado, cuando merced a la armonía de la pareja se logra
un Santuario que se unirá a los demás constituidos por los
demás individuos, para atraer al Gran Santuario. Aquí, mediante
estas palabras agresivas pronunciadas por una de las partes
de este matrimonio, se destruye a ese Santuario creado,
de la misma manera como se lo construyó.
Una óptica diferente
El efecto causado por una palabra de deshonra mencionada
por una de las partes de la pareja, en contra de la otra
parte de la misma, se asemeja a lo que acontece con aquel
que ingiere dulces u otras golosinas, y no lava sus dientes
a posteriori. Este sujeto no podrá evitar que se le formen
caries, las cuales harán un pequeño hoyo en el hueso dental.
En caso de que la perforación sea detectada a tiempo, este
individuo puede acudir al odontólogo, y el profesional limpiará
la zona afectada valiéndose de un torno, tras lo cual taponará
el sector dañado.
El diente tratado, por su puesto que no habrá quedado como
antes de haber sido afectado por las caries, pero al menos
este individuo podrá seguir saboreando sus dulces, aunque
con prudencia, y tomando la precaución de lavarse los dientes
luego de consumirlos. Pues, si no actúa de este modo, las
caries que se formarán esta vez, es muy probable que lleguen
a tocar el nervio dental. Si esto ocurre, ya no podrá ser
taponado nuevamente el sector dañado, sin antes realizar
un tratamiento de conducto.
Luego del proceso citado, la pieza dental ya no contará
con la resistencia necesaria, por lo que, para que se conserve,
será necesario protegerla con una corona, que cuesta mucho
dinero, y será solo una solución parcial para conservar
el diente dañado el mayor tiempo posible.
Este mismo efecto que hemos descrito, acontece con una relación
o convivencia entre personas, lo cual implica, que es menester
cuidar cada detalle, y ser muy tolerante y considerado.
Al conducirse de este modo, uno obliga moralmente a la otra
parte a hacer lo mismo en forma recíproca. Este es el principio
básico para lograr un clima de paz y armonía en el hogar,
el cual alcanzará a todos los integrantes de la familia,
los cuales aprenderán a vivir en medio de un respeto mutuo,
y podrán insertarse apropiadamente dentro de la sociedad.
Procediendo de esta manera, cada individuo que compone la
pareja estará completando al otro, manteniendo puro el Santuario
que han formado, por lo que junto a su esposa conformarán
una unidad que dará muchos frutos, tanto materiales como
espirituales, los cuales podrán ser apreciados en sus hijos
y nietos. Actuando de este modo se generará una larga cadena
de gente elevada y honorable, capaz de constituir muchos
hogares puros y santos, llamados Santuarios, que lograrán
atraer al Gran Santuario, para que la divinidad de Di-s
habite entre nosotros y reine en el mundo la paz y la armonía,
para que podamos habitar felices y en fraternidad por todo
la eternidad.
Fuentes:
1
- Rabeino Bejaie Tetzavé 30: 1
2
- Shemot 30: 12
3
- Shemot 30: 18
4
- Ramban Shemot 35: 22
5
- Tanjuma Pecudei 9
6
- Tanjuma Pecudei 9: palabras de "Rabí Shimon
ben Jalafta"